universidad de el salvador

Instituto de Vulcanología  

A raíz de los terremotos ocurridos en los meses de enero y febrero del año 20001; la Universidad de El Salvador (UES) y el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) solicitaron al gobierno español, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) la asistencia técnica del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) organismo dependiente del Cabildo Insular de Tenerife (Islas Canarias, España) para evaluar el impacto que estos fuertes sismos pudieran ejercer sobre los principales sistemas volcánicos salvadoreños, y materializar acciones destinadas a contribuir a la reducción del riesgo volcánico en El Salvador. Este esfuerzo fue concretado a través del proyecto “Apoyo a la Vigilancia Volcánica en El Salvador”, financiado por AECI entre los años 2001 y 2002. La asistencia técnica continuo durante los años 2003 – 2005 dentro del marco del proyecto “Prevención de Riesgos Sísmicos y Volcánicos en El Salvador” financiado por el Fondo Salvadoreño de Cooperación Mixta España – El Salvador, Fondo Mixto 2003. El máximo organismo responsable de la ejecución de este proyecto fue la UES, teniendo como contraparte al ITER.

Aun cuando es ampliamente aceptada por la comunidad científica internacional la relevancia extrema de los gases en el fenómeno volcánico, ya que estos afectan profundamente el ascenso de magma y la actividad eruptiva, solo recientemente el desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido la realización de medidas rutinarias de diferentes tipos de gases que son emitidos por los volcanes. Un claro objetivo en la monitorización o vigilancia de los gases volcánicos es determinar cambios en la liberación de ciertos gases procedentes del volcán que pueden indicar cambios de las condiciones del sistema volcánico. Estos cambios en la emisión y en la composición química de los gases volcánicos pueden utilizarse junto a otras técnicas más convencionales, para mejorar y optimizar la sistemática de detección de señales de alerta temprana sobre futuras y posibles erupciones volcánicas, y en consecuencia mejorar nuestro conocimiento científico sobre el comportamiento de nuestros volcanes. Como dijo el profesor japonés Sadao Matsu “los gases volcánicos son un telegrama procedente del interior de la tierra, y su buena interpretación será de gran utilidad para mejorar los programas de vigilancia volcánica”.

 

Galerías