|
|
Instituto de Vulcanología | |
|
El Salvador; es un país intensamente poblado; que se encuentra ubicado en un área geológicamente activa en las fronteras de la placa del Caribe y la placa del Coco y muy cercana a la unión triple entre las placas del Caribe, Cocos y Norte América. Esta ubicación geológica conlleva la existencia de una cadena volcánica muy activa; que convierte a la región en una zona de alto riesgo. Mientras que algunos de los volcanes que conforman la cadena volcánica centroamericana experimentan varios eventos eruptivos a lo largo de varias décadas, otros entran en erupción después de largos periodos de tiempo proporcionando un falso sentido de seguridad a las comunidades de su entorno. Aun cuando muchos de los volcanes no muestran en la actualidad señales de actividad; estos podrían hacer erupción en cualquier momento, como es el caso del despertar y reactivación del volcán Sofriere Hills, en la isla caribeña de Montserrat, después de 350 años de tranquilidad; del volcán de Santa Ana y de san Miguel, en nuestro país. Las principales actividades a realizar recomendadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI) para reducir el riesgo asociado al peligro volcánico son fundamentalmente tres: 1.- Elaborar mapas de zonificación de la peligrosidad volcánica, los cuales son útiles para identificar y delimitar las zonas con mayor nivel de peligrosidad, con la finalidad de realizar un uso más racional del territorio. 2.- Materializar un enfoque multidisciplinario para la vigilancia volcánica, con la finalidad de mejorar y optimizar los sistemas de alerta temprana de futuras erupciones volcánicas. 3.- Elaborar planes de emergencia que puedan ser ensayados por la población, pero no en los momentos de crisis, sino como entrenamientos previos con la finalidad de educar a la población en la amenaza natural que representa el fenómeno volcánico. Las dos primeras son actividades puramente científico - técnicas, y el usuario final de sus resultados deben ser los Sistemas de protección Civil existentes en cada país. Estos a su ves deben ser los responsables de ejecutar la tercera de las acciones que recomienda la comunidad científica y política internacional para la reducción del riesgo volcánico. |
Galerías |
|||
|
|
|